Entre su unión con el río Miño hasta Quiroga,
el Sil se abre camino entre tierras de
sustrato granítico, discurriendo encajado, formando una garganta de forma
cerrada y laderas pronunciadas.
Excepto
en las depresiones de Quiroga rival de horas que ser tramos abiertos cambia el
paisaje.
El
poblamiento está condicionado por la topografía, las aldeas pequeñas y cerradas
se distribuyen por las laderas y en las zonas de mayor pendiente, para el
aprovechamiento agrícola de la tierra los hombres tuvieron que formar terrazas construyendo socalcos.
El Sil
favorece el clima de influencia mediterránea por lo que cuenta con un
particular microclima. Esto se puede apreciar en su vegetación: alcornoques y
encinas, jara y brezo además del cultivo de las vides, los olivos.También
es una zona de gran riqueza faunística.
Esta
zona es cruzada por la vía 18 del itinerario de Antonino, y aquí se
encuentra el puente romano mejor conservado de Galicia, el Ponte Bibei.
En
épocas sueva, por estas tierras en las riberas del río se instalaron ermitas
creando pequeños lugares de culto, que al agruparse en comunidades mayores
terminaron dando origen a grandes complejos monacales como Santa Cristina, SanEsteban o Pombeiro, que colonizaron estas tierras conocidas como la Ribeira Sacra.