Verín surgió al pie de una fortaleza y de un cruce de caminos en la época medieval y pronto se consolido como un núcleo estratégico gracias a su excelente situación como lugar de paso hacia Portugal y castilla, a finales del siglo XIX se convirtió en lugar de veraneo gracias al auge de las fuentes termales allí descubiertas.
El casco antiguo de Verín ofrece al visitante un agradable paseo por sus plazas y callejas en las que se encuentran casas blasonadas y de admirable arquitectura, así como otros edificios notables como es el caso del convento de los Mercedarios con su torre barroca, o la iglesia de Santa María del siglo XVI.
La fiesta más arraigada entre la población, es la celebración del Entroido, protagonizada por los cigarrones, unas mascaras que recorren las calles de la villa, con cencerros colgados en su cintura y un látigo en la mano con el que fustigan al que se cruza en su camino.
Otro de los reclamos de Verín son sus balnearios, muy cercanos al centro de la villa.
Los tres centros termales se abastecen de las aguas bicarbonatadas, sódico-litinadas y fluoradas que emanan del subsuelo .Recomendadas por sus excelentes cualidades para la mejora de problemas dermatológicos, aparato digestivo y reuma.
Verín cuenta con una importante feria de ámbito comarcal que se celebra el dia 3 de cada mes.