El Jueves de Corpus de 1317 , un grupo de judíos hicieron acto de presencia en las puertas de la iglesia para burlarse de la procesión cristiana con gritos, gestos y burlas.
Ante esta situación, un fidalgo llamado Xan de Arzúa arremetió contra ellos cabalgando encima de un buey (Boi) atado por una cuerda(sedeño) a los cuernos. De esta cuerda tiraban los sirvientes del jinete , dirigiendo al animal contra los judíos ayudados con grandes varas.
Xan de Arzúa llevaba un saco lleno de ceniza y hormigas, echándolas a aquellos judíos irreverentes. Tras este ataque los judíos se dispersaron y dejaron de burlarse de la tradición del Corpus.
La tradición se mantuvo por la propia voluntad de Xan de Arzúa que dejo en herencia una dote suficiente para pagar el alquiler del animal y, sobre todo, por los vecinos de la villa ya que, con judíos o sin ellos casi 7 siglos después, los alaricanos aun lo siguen celebrando.