Asentada desde hace más de un milenio en la orilla derecha del río Avia, cerca de su unión con el miño.
Ribadavia es una de las villas vitivinícolas con más tradición en Europa, su conjunto histórico de calles irregulares y sus plazas porticadas propias del medioevo son fruto del poderío económico basado en la producción de la uva y el vino.
Desde el siglo IX las viñas, ayudadas por el microclima local, ocuparon la comarca del Ribeiro asentándose en las laderas de los río Miño, Avia y Arnoia generando una actividad económica de la que surgieron pazos, iglesias, monasterios y aldeas históricas cuyas bodegas surtían las mesas de la nobleza laica y eclesiástica de Europa, pues era uno de los caldos más apreciados en los mercados de Inglaterra Flandes y Castilla durante los siglos XV y XVII.
Para conocer esta villa, lo mejor es hacerlo partiendo de la Plaza Mayor, allí en el Pazo Condal está la oficina de turismo y también el Centro de Información Judía de Galicia, en honor a la importante comunidad hebrea de la villa hasta su expulsión por los Reyes Católicos. En frente está la Casa do Concello, adosada a una torre renacentista.
Una visita obligada es el Castillo de los Sarmiento dentro del cual los arqueólogos hallaron una necrópolis del siglo IX.
Del sistema defensivo que protegía la villa además del castillo se conserva parte de la muralla, manteniéndose en pie un tramo con tres puertas, siendo destacable la Puerta Nueva o de Celanova.
En el interior destacan las plazas porticadas de García Boente y, de la Magdalena además de la de San Juan donde está la iglesia románica del mismo nombre.
Conviene visitar el Museo Etnolóxico de Ribadavia y al lado la iglesia románica de Santiago, así mismo destacan otros monumentos como la Casa de la Inquisición, o el antiguo hospital de San Juan (actual sede de la D.O. Ribeiro), el Puente de San Francisco que cruza el río Avia ya da paso al Convento Franciscano de San Antonio del siglo XVII.